Desde las ocho de la mañana de este lunes, hora
local, las aulas de las escuelas cubanas dejaron atrás el silencio del periodo
vacacional, para recibir a casi 2 millones de estudiantes.
Este será un periodo no exento de grandes
responsabilidades, en pos de lograr una educación a la altura de demandas
urgentes en materia de formación de valores y calidad de la docencia.
Disímiles transformaciones se implementarán en el
panorama educativo durante este periodo; y al mismo tiempo, otras se deberán
fortalecer. El propósito: solidificar una educación heredera de paradigmas
pedagógicos sustentados en los nombres de los extraordinarios patriotas y
maestros Félix Varela, José de la
Luz y Caballero, Enrique José Varona, Rafael María de Mendive
y su discípulo José Martí.
La efectividad de una organización docente
flexible, pero que no limite la preparación y conducción del alumnado; el
control y la exigencia de quienes deben velar por el cumplimiento del horario y
el reglamento escolar; y la verdadera conjunción de todos los factores para
hacer valer, en la praxis, “que la escuela sea el centro cultural más
importante de la comunidad”, serán las cartas de triunfo en el empeño de todos
por perfeccionar la educación.
Se necesitará de un apadrinamiento pertinente
para los más de 4 mil jóvenes graduados de las escuelas pedagógicas quienes
desde hoy impartirán clases, y coadyuvarán a paliar la situación de la
cobertura docente. La calidad de los egresados, su estabilidad, la rigurosidad
de su superación, y sobre todo, la responsabilidad y amor con que asuman el
magisterio, consistirán los medidores en el análisis de cuánto puedan brindar,
de todo lo que se espera de ellos.
Las universidades tendrán también enormes
compromisos: ellas son la antesala donde termina de moldearse el profesional,
donde debe adquirir una amplia visión cultural y las herramientas para decidir
y pensar por sí mismo, con criterios propios y bien fundamentados, a los cuales
pueda acceder por la vía del desarrollo intelectual.
Ellas emprenden el desafío de
sacar provecho a la integración de saberes. Estará en sus docentes la capacidad
de brindar una formación integral, y tomar como divisa la sentencia del
endocrinólogo español Gregorio Marañón: “El médico que solo sabe de medicina,
ni de medicina sabe”.
Este año se prevé llevar la Historia Patria a
todas las carreras, así como hacer más atractiva la enseñanza del Marxismo
Leninismo, pero ello debe venir acompañado de métodos pedagógicos para
entrenarse en el análisis y desterrar la repetición y el aprendizaje
memorístico.
Por encima de todo, será indispensable la función
de la familia, en compartir con la escuela la responsabilidad de la formación
de sus hijos, y no dejar caer sobre la institución escolar todo el peso de una
maltrecha o adecuada educación.
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